Aunque hasta unos años atrás era, poco tenida
en cuenta, la calidad intrínseca o propiamente dicha de la carne
porcina es actualmente considerada como un carácter de máxima
importancia productiva. Comienza a incorporarse en los programas de
producción y se prevé que en un futuro próximo será incluida en la
comercialización pagándose precios diferenciales en función de ella
(o al menos discriminando contra ciertas deficiencias).
Por eso es un tema que requiere la mayor
atención y sobre el que los productores deben estar advertidos. Si
bien se reconocen varios efectos ambientales que la afectan (métodos
de crianza, transporte, faena, etc.), su determinación genética o
hereditaria es decisiva.
Los programas de selección, que han sido tan
exitosos en aumentar el contenido de magro, arrastraron sin embargo,
como efecto indeseable e impensado, un deterioro en la calidad de
carne, merced a correlaciones genéticas negativas con caracteres de
producción, como el contenido de magro. En las últimas décadas, a
ello se sumó la difusión de padrillos de éxito comercial destacadas
por su magro, pero que deterioran la calidad. Como consecuencia de
ambos fenómenos, puede decirse en términos generales, que la calidad
de la carne porcina es hoy inferior que décadas atrás. Y hay
evidencias de que ello es reconocido por los consumidores, lo que
obra como un obstáculo para el crecimiento de la demanda. Si la
carne es de inferior calidad resulta poco factible competir con la
aviar por el menor costo de ésta.
Recientemente se ha avanzado en la comprensión
y la definición objetiva de lo que se entiende por «calidad». Tanto
en lo concerniente al consumo fresco como a su industrialización.
Entre los parámetros medidos, se incluyen los siguientes:
• pH, inmediatamente postmortem y a las 24
horas posteriores (este llamado pH último)
• color, medido objetivamente con aparatos
• solubilidad de las proteínas
• pérdida de líquidos por exudación o capacidad
de retención de agua
• contenido intramusculares de lípidos
• potencial glucolítico (contenido de glucógeno
muscular)
• terneza, medida objetivamente con aparatos (Warner-Bratzier)
A éstos suelen agregarse determinaciones de
características organolépticas efectuadas por catadores
experimentados: aroma, sabor, consistencia, jugosidad, terneza.
Paralelamente se ha demostrado con creciente
claridad, la acción de algunos genes simples de efecto mayor, en
tanto los efectos de genes múltiples, de efecto menor, ejercen una
acción sobre diversos componentes de la calidad. Por ende hoy se
dispone de información técnica que permite tomar decisiones más
precisas en el mejoramiento genético y de la producción.
Efecto de genes mayores
Sin duda, el denominado «gen de halotano», un
recesivo para la respuesta a dicho anestésico y a la susceptibilidad
al estrés, es una de las mayores causas de deterioro de la calidad
de carne porcina, especialmente para la industrialización, por las
pérdidas de rendimiento industrial vinculada a la exudación de
líquido, pero también por las malas propiedades organolépticas para
el consumo fresco, por pastosas, desabridas y secas. Desde su
identificación, por los años 70, se lo asoció con las llamadas
carnes PSE (pálidas, fofas y exudativas). También se lo asoció con
otros rasgos ventajosos para la producción como un mayor contenido
de magro, un mayor rendimiento de res, y una conformación
«musculosa» de jamones globosos, tan atractivas para muchos
criadores.
Estas últimas condiciones se aprovecharon
durante varios años para la formación de líneas sintéticas o simples
cruzas de padrillos, llamados «terminales» o «líneas macho
especializadas» justificadas en la creencia de que los heterocigotas,
que eran resistentes al estrés y negativos (no reaccionantes) al
halotano, tampoco serían de calidad de carne deficiente.
Desafortunadamente bastante tiempo después se comprobó que ese mismo
gene de halotano no se comportaba como recesivo en cuanto a la
calidad de carne y que en los heterocigotas o híbridos se detectaba
una importante proporción de progenies con PSE.
Este gen se encuentra en altísima frecuencia en
las razas Pietrain o Landrace Belga y alta en la Landrace Alemán
(entre otras) y se considera que eso ha resultado como consecuencia
de seleccionar tipos con la conformación característica, de
apariencia musculosa.
En los últimos años se Identificó otro gene
mayor, que se encuentra en alta frecuencia en la raza Hampshire,
denominado RN (por rendimiento Napole), de acción dominante, que se
caracteriza por producir una carne con bajo pH último, elevadas
pérdidas de rendimiento industrial y en menor grado, peores
propiedades sensoriales como fresca. Aunque sus efectos perniciosos
sobre la calidad parecen más atenuados a los del gene halotano, por
ser dominante tendría efectos más extensos.
Estos dos genes mayores son una de las causas
del retroceso de la calidad y desgraciadamente se han difundido
mucho en décadas pasadas porque aquellas razas (Pietrain y Hampshire),
por su magro y conformados, fueron de las más usadas en la creación
de líneas de padrillos terminales por compañías comerciales. Aún
más, existe evidencia que el deterioro de la calidad de carne en los
portadores de ambos genes es todavía mayor.
Efecto de genes múltiples
En cuanto a la acción de poligenes, genes
menores o múltiples, se sabe que dentro de poblaciones existe una
amplia variabilidad que daría pie para obtener progreso genético por
selección y mejorar la calidad general de la carne o algunos de sus
caracteres componentes. Entre éstos se ha Identificado al gen del
contenido de grasa intramuscular como el factor más relacionado
positivamente con las diversas propiedades sensoriales de la
calidad, tanto fresca e industrializada.
Su heredabilidad sería de moderada a alta, sin
embargo al tratarse de caracteres de engorrosa medición en los
animales vivos sujetos a selección, por ahora no resulta aplicable a
programas masivos de selección.
También se ha encontrado una Importante
variación genética entre líneas o razas y en este caso es clara la
superioridad del Duroc para la mayoría de los componentes de
calidad.
INFLUENCIA DE LA RAZA EN LA CALIDAD DE LA
CARNE
Se han descrito efectos significativos de las
diferentes razas en caracteres como grasa intramuscular, capacidad
de retención de agua, color y terneza.
Las razas Pietrain y Blanco Belga pueden dar
una carne de calidad inferior cuando se comparan con las razas Large-White
o Landrace. Esta diferencia es debida al rápido descenso del pH
después del sacrificio que da lugar a una carne pálida, exudativa y
menos tierna. Este efecto se explica por la alta frecuencia de un
solo gen llamado gen del halotano.
La carne de cerdos Hampshire muestra a veces un
pH muy bajo. Esto da lugar a una baja capacidad de retención de agua
y grandes pérdidas en la cocción. Este hecho está relacionado con un
gen denominado gen RN.
Las razas Large-White y Duroc tienen una
influencia positiva en la calidad de la carne. La carne de Landrace
es también de alta calidad, siempre que haya sido eliminado el gen
halotano. Un beneficio extra para el Duroc en algunos mercados es el
alto porcentaje de grasa intramuscular lo que contribuye
positivamente a la calidad de carne. La carne que contiene mayor
porcentaje de genes procedente de raza Duroc es más jugosa, más
tierna, con buen sabor y carente de malos olores además de pigmentos
musculares.
Algunas comparaciones para calidad de carne
entre razas europeas y americanas con razas chinas puras o cruzadas
revelan que la carne de éstas últimas razas es más tierna, más
jugosa y más sabrosa. Sin embargo la cantidad de grasa visible se
considera excesiva en la carne de cruces con razas chinas aunque
quede compensado por una mejor calidad de carne.
Conclusión
Resulta de máxima importancia la acertada
elección de los materiales genéticos, no sólo poniendo atención en
caracteres de productividad, como velocidad de crecimiento y
contenido de magro, sino también en aspectos que condicionan o
influyen en la calidad organoléptica e industrial de la carne.
En principio toda producción de carne de
calidad deberá estar completamente libre de los genes mayores con
efecto detrimental como el gen halotano y el gen RN.
Las líneas Duroc: resultan las más Interesantes
para mejorar, en programas de cruzamientos, varios de los caracteres
de calidad, tanto para consumo fresco o procesamiento.
Lic. Valeria S. Borelli
Sector Porcinos- INTA-E.E.A. Las Breñas
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